La noche del 12 de marzo de 1956, un exiliado republicano y delegado del Gobierno vasco en Nueva York llamado Jesús de Galíndez desapareció en el centro de Manhattan. Hoover y su FBI iniciaron una de las operaciones más costosas de su historia para descubrir quién había osado eliminar a su mejor informante político en Latinoamérica. El dictador dominicano Leónidas Trujillo, alarmado por las repercusiones del caso, asesinó a todos los que participaron en la complicada maquinaria del secuestro.