A fines de los años 60, Hugo de la Vega, con su Grupo Azul, incorpora música popular y folclórica argentina al ámbito lírico y coral, que hasta entonces sólo interpretaba música académica. Hoy, 50 años después, rearma su coro vocacional para dar un concierto de tangos. La inexperiencia de sus nuevos integrantes dificulta este objetivo. Con una cruda niñez, pero con la aparición oportuna de un músico alemán que descubre sus dotes musicales, es que Hugo, hoy, tiene una amplia trayectoria que el tiempo parece reconocer. Ya en el final de su carrera, busca un discípulo a quien dejar su legado.