Durante casi diez años, frente a los retos energéticos enormes de nuestro mundo, dos hombres se reunieron alrededor de un loco sueño: volar usando la energía del sol, y demostrar que el progreso se puede lograr mediante el uso de energía limpia. Son Bertrand Piccard y André Borschberg. Ambos soñaban con este avión, el símbolo volador del conocimiento humano al servicio de las energías renovables. El 7 de julio de 2010, el avión sale del hangar por fin para desplegar sus alas al sol e intentar un reto que nadie creía posible en la aviación: volar día y noche durante 26 horas sin parar, utilizando únicamente la energía solar.