Durante siglo y medio, la belleza de las imágenes de la montaña ha contribuido en gran medida a su influencia, su presencia y su desarrollo. Pero también son una herramienta al servicio de la ciencia, fijando la transformación de paisajes, hábitats... Durante 150 años, la dinastía Tairraz fotografió la montaña. Cuatro generaciones de fotógrafos han magnificado el macizo del Mont-Blanc. Desde la primera fotografía tomada en la cima del Mont-Blanc en 1861 hasta la actualidad, este arte está en el origen de muchas vocaciones montañeras y ha contribuido en gran medida al desarrollo turístico de estos valles antes ignorados. Aquí está la maravillosa historia de una dinastía de fotógrafos, los Tairraz, que se extiende desde 1861 hasta los albores de la década de 2000.