En 1830, el capitán Robert Fitz Roy secuestró a un joven aborigen de la etnia Yamán. El joven fue trasladado a Inglaterra a bordo del HMS Beagle, y bautizado Jemmy Button (Botón), porque un botón de nácar fue todo lo que pagó por él. En Inglaterra aprendió inglés y tomó el té con el rey Guillermo IV. Al año regresó a su Tierra del Fuego natal. Unos treinta años más tarde, un reverendo sale con rumbo hacia la costa sur de Tierra del Fuego. Su objetivo inmediato es encontrar a Jemmy Button. El reverendo va confiado a ese encuentro con el que, supone, es ya un aborigen "civilizado". Pero lo que encuentra le resultará sorpresivo.