En plena crisis Argentina del 2001, Manuel y su familia se ven obligados a mudarse a la casa de su abuela materna “La Tati”, una mujer extraña que ve cosas que nadie más ve. Allí, también vive su tío Raúl y un perro que acaba de morir. De pronto, la llegada de la familia genera un conflicto por los espacios de la casa. Atrapado en medio de esta extraña guerra por la ocupación de los espacios, Manuel siente que su familia no es un lugar seguro para él, pronto encuentra en la complicidad con su abuela, un particular e inesperado modo de resistir.