Dice J. L. Ortiz: “El mundo es un pensamiento realizado de la luz”. A ese verso, se añaden en el poema otros atributos del ser del mundo. Es beatífico, dichoso. El cine de Fontán es una mirada sobre ese mundo escrito en luz. Es también un sonido. El motivo elegido es el río. Un pescador llamado Godoy dice algunas cosas. Un hombre rema y su bote se desliza en el Paraná. Una niña y un niño sienten que ninguna otra cosa puede prodigar más placer que bañarse en el río. El sol no sobreactúa jamás ante la cámara y cuando se le piden destellos en el reflejo del agua procede como corresponde.