Sergei, un exmilitar soviético relacionado con las mafias del Este, vive escondido en un viejo caserón entre viñedos. Su extraña y solitaria vida cambia inesperadamente cuando debe hacerse cargo de su sobrina Natasha, una conflictiva niña de doce años. Los dos son seres desarraigados, educados en la violencia, que deben enfrentarse al reto de convivir y socorrerse, sacando de sí mismos lo mejor que llevan dentro. Es importante la relación que tienen ambos con otros dos personajes: Jacob, el padrastro de la niña, un tipo relacionado con los bajos fondos, tendrá un papel clave en el futuro de su hijastra; y Silvia, una médico de oscuro pasado, será el nexo de unión entre Sergei, Natasha y la realidad que los rodea.