El luchador Tinieblas adquiere una pintura que lo transporta, junto con Mil Máscaras y el Fantasma al siglo XVI. Aparecen en la casona de doña Luisa, hija de Hernán Cortés y la Malinche cuya momia está en un ataúd y cuyo espíritu es La llorona. Doña Luisa realiza sacrificios de jóvenes españoles en su honor y piensa hacerlo con los luchadores, pero El Fantasma destruye el cuadro y regresan a su época.