Miguel hace el viaje que su abuelo no puede hacer. La misión es muy sencilla, devolver a un viejo amigo una chaqueta militar el día de su funeral. Miguel, acompañado por Lola y Guillermo, sale del barrio de Nazaret. Deambula por la periferia de Valencia, buscando un cementerio como excusa para desaparecer, al menos, por unos días.