Jerónimo tiene 20 años y está medicado con psicofármacos. Su padre piensa que unos días en un entorno natural pueden curarlo y decide llevarlo a una casa perdida en la montaña. La primera noche, Jerónimo es atacado por una araña que lo envenena. Los pobladores del lugar lo llevan ante un hombre extraño que le predice una muerte segura, salvo si logra conseguir que una araña de la misma especie lo vuelva a picar. Su única salvación la tiene Ruiz, un ermitaño alcohólico que conoce como nadie el camino hacia la zona donde habitan las arañas. Jerónimo debe entregarse a este hombre y confiarle su vida en una travesía hacia lo profundo de la montaña.