Victoria tiene 36 años. Tiene una familia, un marido, una hija, perros, una casa. Y Victoria canta. Y canta maravillosamente bien. Canta tangos y canciones de otras regiones de Latinoamérica. Este es el retrato de un año de su vida. El canto y la vida como parte de un universo indivisible. Una reflexión sobre los complejos vínculos entre el dinero y el arte, entre lo íntimo y lo profesional.