Cuando la empresa en la que trabaja decide jubilarlo, John Hodges sufre una auténtica conmoción, pues a sus 65 años cree que todavia puede ser util. Además, en su casa nadie se preocupa por él; por otra parte, las tradicionales actividades de las personas de su edad no le gustan. Así las cosas, decide hacerse pasar por Harold Cleveland, un directivo de su empresa, y emprender un viaje de inspección para realizar cambios en una filial. Los problemas surgen cuando la ex-mujer de su jefe empieza a sentirse atraida por él.