En 1895, durante el Carnaval de Cádiz se casa la guapa Candelaria con Pimentel, un capitán de barco mercante ya entrado en años. A Pimentel le ordenan zarpar inmediatamente para Cuba y muere allí. Candelaria se convierte en la viudita naviera y pasa a ser propietaria del negocio de barcos que pertenecía a su difunto esposo.