Una mirada atenta se desplaza por la gran ciudad y sus anónimos habitantes, que viven una vida en tensión, en función de su propia supervivencia, resignados con el destino que les tocó vivir. En esta realidad, los sentimientos y las emociones pierden su significado original, consumidos por la urgencia de nuevos valores. Un eclipse lunar puntualiza los cambios en la vida de estas personas, conformando un mosaico de la ciudad.