Un interminable círculo…marcado por la violencia y el olvido. Víctimas callejeras…¡Chavos banda! Armando Araiza, por los malos tratos que recibe, huye de su casa para probar suerte en las calles de la ciudad. En unos días se integra a una banda de niños de la calle con quienes aprende todo lo necesario para vivir o … morir! Ahí, también conoce a Jorge Reynoso, un intrépido policía que protege a los niños de la calle, de la extorsión de otros policías y de gente sin escrúpulos, y les busca una salida por medio del deporte y el trabajo. Sin embargo, Araiza se va a lo “fácil,” y tras cometer un delito, cae en el tribunal para menores y es sentenciado a varios años en el reformatorio. Al salir, intenta el buen camino, forma una familia, pero el trato y las golpizas que da a su mujer y a sus hijos, hace que estos huyan de su casa para probar suerte en las calles de la ciudad. El ciclo se inicia otra vez. Estas son las…víctimas callejeras.