Durante más de 20 años, Robert Guédiguian ha producido películas que ocupan un lugar esencial y único en el cine francés. Evoca, película tras película, la crónica social del mundo de la clase trabajadora desde su infancia. Su cine quiere resistir, con las armas de la ternura, la hermandad, el amor y la sensualidad, el colapso de los temores de solidaridad que fueron la base de la cohesión social del mundo laboral. Todavía no existía un retrato filmado de Robert Guédigian.