La empresa de Young-jin rara vez reconoce su dedicación laboral por ser mujer, mientras a su compañero de trabajo, Jun-seol, no le ha costado nada escalar hasta conseguir el cargo de jefe de Young-jin gracias a sus contactos. Young-jin ve a Jun-seol como un enemigo, pero a su vez siente compasión por su vacío y lo ayuda a adaptarse a la compañía. Pero Jun-seol, a pesar de todo, no duda en robar los diseños de de su subordinada sin su consentimiento. Young-jin desea recuperar el diseño robado, pero le resulta muy difícil renunciar al amor que tanto le costó conseguir por parte de Jun-seol.