En la segunda parte, el aventurero Kay Hoog tendrá que enfrentarse de nuevo a la conspiración de "Las Arañas". Además, descubrirá una ciudad china subterránea, custodiada por tigres y cuya existencia nadie conoce.
Si en la primera aventura los incas ofrecían sus sacrificios humanos para ser mucho más fuertes y vencer a los enemigos de Occidente, en la segunda los indios desean recuperar el diamante, que perteneció a la dinastía Ming, para devolver la libertad a Asia y expulsar a todos los extranjeros; si en Der goldene See las Arañas enloquecen y luchan entre sí por el fabuloso tesoro del lago de oro, en Das Brillantenschiff pelean frenéticamente entre ellos para conseguir salir de la gruta venenosa. Y, es muy posible, de haber dirigido Lang las otras dos partes previstas, que Kay Hoog olvidara a su amada dejándose caer en los brazos de Ellen Terry, a la que salva en el último momento.