La Orquesta está compuesta por seis famosas piezas musicales que Rybczynski traslada a imágenes. Es una interminable procesión que comienza con las notas de la Marcha fúnebre de Chopin, con docenas de fantasmas electrónicos que van cambiando en las teclas de un piano, y finaliza con el creciente ritmo del Bolero de Ravel, en un vuelo por escaleras que representan la larga marcha del comunismo hasta su inevitable y definitivo colapso. Cuerpos que aparecen en el espacio nocturno de una catedral, multiplicación de personajes que cruzan las fronteras de un contexto espacial a otro, desapariciones y apariciones…La orquesta es en una coreografía donde la vida se mezcla con la muerte, como en un gigantesco formato de video musical.