Primer largometraje realizado por la pareja de directores Straub y Huillet. Presenta una biografía de Bach, pero no hay una recreación dramática: los documentos, la narración del diario de su mujer y, ante todo, su música, interpretada en escena por músicos vestidos de época, lo dicen todo. Según Straub, la idea era crear un film en el que la música fuera utilizada no como acompañamiento ni como comentario, sino como materia estética. Gustav Leonhart, el conocido intérprete de clavicordio, interpreta el papel de Bach.