Akko es una niña de primaria enérgica y alegre que rompe por accidente un espejo, regalo de su madre. La niña no quiere deshacerse de algo tan importante, por lo que decide enterrarlo con mucho pesar en el patio de su casa. La Reina del Reino de los Espejos, conmovida por tal acto de respeto, decide entregarle a Akko un espejo mágico, con el que podrá convertirse en cualquier cosa que desee. Sin embargo, nadie debe jamás saber sobre el poder del espejo y este no debe ser usado con malas intenciones o por pura diversión o de lo contrario el espejo perderá sus poderes y Akko podría recibir un terrible castigo.