Con todas las exigencias de ser padres, Michaela y Sully tienen dificultades para tener tiempo y ganas de romance. Sully se siente dejado de lado por Michaela, quien pasa mucho tiempo con su hija, incluso restando importancia a sus propuestas románticas para responder a los llantos de Katie. Él le confía esto a Dorothy, y ella le aconseja cortejar a Michaela, tal como él lo hizo al principio para ganarse su corazón. Pensando en que no funcionaría, él duda, pero decide que peor es nada. Luego de exponer a Katie al sarampión, Michaela necesita un mejor lugar para cuidarla mientras ella trabaja, por lo que Sully le propone usar una de las habitaciones de recuperación como guardería para su hija. Molesta por la exposición que tendrá su hija estando en la clínica, ella considera dejar su práctica a Andrew, y decide recortar sus horas, pero una visita sorpresa a la casa la convence de volver. Colleen, viendo que su madre se esfuerza por encargarse de todo a la vez, expresa preocupación por ella, debido a que ella fue aceptada en la universidad. Michaela le asegura que estará bien y alienta a su hija a perseguir su futuro. Entre lágrimas, la familia le da la despedida a Colleen. Al final, Michaela y Sully por fin encuentran tiempo y entusiasmo para el romance, con Michaela asegurándole a su esposo que Katie entiende la necesidad de sus padres para estar tranquilos.