Un viejo prospector sufre una enfermedad del corazón y de demencia senil y deambula en el pueblo con una pepita de oro del tamaño de un puño. Mientras está bajo el cuidado de Michaela, él revela que es Lucius Slicker, el padre que abandonó a Jake y cuya negligencia sobre sus otros hijos los llevó a la muerte. Michaela trata de intervenir y ayudar a Jake, pero es Brian, quien se da cuenta de su propia necesidad de lidiar con los sentimientos por su padre biológico, lo que ayuda en mayoría a Jake. Mientras, Horace abandona su ética cuando intenta saltar hacia la reivindicación de Lucius, pensando que si él se volviera rico, Myra volvería a él.