Recoge la vida de una gran familia a través de ocho grandes celebraciones llenas de contrastes: aunque lo normal es que reine el buen rollo y el ambiente festivo, por debajo laten rencores y rencillas entre familiares obligados a aguantarse mutuamente durante unas horas. Como en las mejores familias (e incluso en algunas de las peores), el amor incondicional entre abuelos y nietos, la complicidad entre primos y el escote de la cuñada conviven necesariamente con celos, rivalidades absurdas, ausencias notables y reproches callados durante años a la espera del momento más inoportuno para echarlos en cara.