Los chicos tendrán que revisar sus heridas del pasado. El pasado condiciona. Es una mochila con la que cargamos durante toda la vida. Hasta el punto de que si pesa mucho, nos puede llegar a deformar. Hugo pide a los chicos que lleven a clase un objeto que cuente algo sobre su familia. Así lo hacen todos y cada objeto es más peculiar que el anterior, pero Andrés se lleva la palma. Todos se quedan asombrados cuando Andrés les enseña el objeto que ha elegido para contar su historia: la pistola de balines, que está guardando a su padre, Cristóbal, hasta que este salga de la cárcel. Una pistola no es un objeto para llevar a un colegio. Hugo, que se queda helado al volver a ver un arma dentro de un centro escolar, le requisa a Andrés la pistola. El chico tiene tan idealizado a su padre, que hace lo posible por recuperar el arma, hasta el punto que se enfrenta a Hugo, quien en plena discusión acaba haciendo ver a Andrés cómo es de verdad la relación entre Cristóbal y él.