El hospital no puede seguir haciéndose cargo de Earl, y Randy tiene que apañárselas para cuidar de él y seguir con la lista de su hermano, quien vive su vejez en su coma. Su siguiente cometido es compensar a Brett y Tiffany Henson, dos hermanos parapléjicos a los que gastaron una broma en el pasado. Éstos todavía se muestran resentidos con los hermanos Hickey, hasta que Tiffany decide utilizar a Earl para dar celos a su ex-novio. Un partido de bola asesina será decisivo para que Earl despierte de su sueño.