En un caluroso día de agosto de 1939, ocho personas llegan a la Isla Soldier, habiendo sido invitados supuestamente de viejos amigos o de los dueños de la isla, el matrimonio Owen. Los anfitriones no se encuentran allí, pero son recibidos por el personal de servicio, el matrimonio Rogers. Cada uno de los invitados encuentra una copia del poema "Diez soldaditos" colgada en la pared de su habitación, y también observan un centro de mesa formado por diez pequeñas figuras de jade en la mesa del salón. Tras la cena, el señor Rogers, tal como se le ordenó, pone un disco en un gramófono, el cual reproduce una grabación en la que se acusa uno a uno a los invitados y también a los señores Rogers de ser responsables de la muerte de alguna persona o personas en el pasado, por lo que no fueron castigados. Uno de los invitados resulta ser un impostor bajo una falsa identidad, y en realidad es un detective llamado Blore. Todos ellos niegan las acusaciones, excepto dos, Philip Lombard y Anthony Marston. Éste último muere envenenado con cianuro en su bebida, de manera similar a lo que dice la primera estrofa del poema. Al día siguiente, la señora Rogers aparece muerta en su cama, por causas desconocidas (aunque el doctor Armstrong lo atribuye a una sobredosis de somníferos), al igual que lo que dice la segunda estrofa del poema. Vera Claythorne muestra al doctor Armstrong que dos figuras de la mesa del salón han desaparecido.