A pesar de los contratiempos y de llevar más de 60 horas encerrados, el ánimo de los atracadores no decae. La impresión de billetes no puede ir mejor, superando las cifras que se habían marcado y la construcción del túnel inicia una nueva fase que facilitará la perforación. Ni policías ni atracadores saben que entre los rehenes se está planeando una fuga. El cerebro es Arturo, el director de la FNMT. ¿Conseguirá convencer a sus compañeros de secuestro para que pierdan el miedo e intenten escaparse?