El plan de Tomás para proteger a su familia no ha tenido éxito y su mujer Sol y su hija Carmen se encuentran custodiadas por la policía. Tomás consigue huir con su hermano Daniel. Como dos perros heridos y empeñados en aniquilarse el uno al otro, no les queda otra opción que seguir juntos: todo el mundo los busca y deben desaparecer para siempre. Márquez inicia una persecución para darles caza y no cesará en su empeño para atraparlos. El imperio de los Guerrero se desmorona y la situación se complica aún más cuando Carmen se convierte en el punto de mira de los colombianos y de unos primos de su madre.