El equipo revisa el caso de Sierra Macy, una adolescente que fue secuestrada hace diez años y tomada por muerta, hasta que logró escapar de la casa de su captor cuando éste sufrió un ataque al corazón y murió. Sam, uno de los fiscales originales del caso, cree firmemente que el culpable fue condenado: el ex profesor de Sierra, Josh Fleck. El innegable conflicto de intereses de Sam tiene a Hayes indecisa sobre si mantenerlo en la revisión del equipo o no. Mientras tanto, Hayes está decidida a interceder por Wallace -y en contra de sus deseos-, en una investigación sobre su mala conducta profesional. Sus sorprendentes descubrimientos sobre el quid pro quo que Wallace preparó por su problema con la cocaína y un caso anterior en el que trabajaron en Chicago obligan a ambos a reexaminar sus relaciones personales y profesionales.