Carlos y Encarni tienen un plan: subir la calefacción del edificio hasta límites insoportables con el fin de echar a los okupas del edificio. Para ello, consiguen sobornar a alguien de dentro de la casa. Sin embargo, el plan no tiene los resultados esperados: Lola y Nancy, asfixiadas de calor, van ligeras de ropa por el restaurante lo cual provoca un "efecto llamada" entre la clientela, especialmente la masculina. Suben las recaudaciones y también el desconcierto. ¿Quién es el topo? Lucía tiene actitudes sospechosas y, poco a poco, los okupas comienzan a sospechar de ella. El calor sube cada vez más y la situación se hace insostenible. Pero ninguno de los okupas imagina quién es el verdadero traidor.