Lucía vive sola y aburrida hasta que un día su hijo Carlos y su nuera Encarni le plantean mudarse a una residencia mientras realizan una reforma en el edificio. Son solo unos días y pronto volverá. Así llega a Las glorias, un lugar de paz y descanso para pasar una temporadita. Cuando descubre que todo ha sido un truco de su hijo para echarla de su propia casa, Lucía toma la decisión de volver a empezar y decide fugarse esa misma noche de la residencia. Para ello, reune al grupo más rebelde de residentes y planea una fuga digna de La gran evasión. Lola, cocinera de la residencia, se une a ellos. Lucía, Mario, Aurorita, Lola y algunos más huyen y se atrincheran en el edificio que ahora pertenece al banco donde trabaja Carlos. La finca se encuentra en un estado de abandono avanzado, pero el problema grave llega cuando Carlos se entera. Tratará por todos los medios de que se vayan. Pero los ancianos comprobarán que si permanecen unidos podrán superar todos los peligros.