Los niños del colegio organizan una carrera de trineos cada año y como de costumbre Pedro no puede asistir porque tiene un trineo viejo y anticuado que no podía competir con los trineos rápidos de los amigos. A sugerencia de Heidi y con la supervisión de su abuelo, Pedro construye un trineo con el que participa y gana la carrera. Su abuelo vio con ese experto Pedro trabajó para construir su trineo y se siente orgulloso del muchacho: sabe que un día podría convertirse en un hábil carpintero.