Clara prometió que estaría ocupada y hoy comienzan los largos y agotadores ejercicios. Es un giro de entusiasmo y timidez para la niña, también por la impaciencia de Heidi y Pedro. Cuando parece que se ha rendido, el abuelo la convence con calma para que persevere, hasta que pueda permanecer sola por unos momentos.